El secreto escondido en la parábola del banquete de bodas

38890 읽음

Una boda es una celebración muy feliz. Jesús comparó el hecho de recibir la salvación y entrar en el reino de los cielos con ser invitados a un banquete de bodas y participar en él. ¿Por qué escogió Jesús un banquete de bodas entre muchos otros banquetes? Hay una razón importante. Veamos la parábola del banquete de bodas celestial que Jesús enseñó y la profecía del libro de Apocalipsis. Así, podremos entender a través de quién los santos en esta época pueden recibir la bendición de la vida eterna y entrar en el reino de los cielos.

Jesús explica la parábola del banquete de bodas

“Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo […]. Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos. Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.” Mt 22:1-10

Para que se lleve a cabo una boda, debe haber un novio y una novia. Por supuesto, los invitados también asisten al banquete. El novio, la novia y los invitados son elementos esenciales para celebrar un banquete de bodas. En la parábola del banquete de bodas en Mateo 22, podemos ver al hijo del rey, el novio. El hijo del rey indica a Jesús, que vino como el Hijo de Dios, y los invitados representan a los santos que entrarán en el reino de los cielos al recibir a Jesús.

No obstante, en la parábola del banquete de bodas, la novia, el personaje principal de la boda, no aparece. Sin la novia, no se puede llevar a cabo la boda. ¿Por qué Jesús no mencionó a la novia? No es porque no haya una novia en el banquete de bodas celestial, sino porque el tiempo de la primera venida de Jesús, hace dos mil años, todavía no era el tiempo de que apareciera la novia. La Biblia profetiza que la novia aparecerá en el tiempo de la segunda venida de Cristo.

La novia aparece en la segunda venida de Jesús

El libro de Apocalipsis se escribió en el año 96 d. C., después de la ascensión de Jesús. Jesús le reveló a Juan las cosas que acontecerían en el futuro (Ap 1:1). Una de ellas es la revelación sobre el banquete de bodas celestial: la novia, que no apareció en la parábola del banquete de bodas hace dos mil años, finalmente aparece.

“[…] han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. […]” Ap 19:7-9

Cuando llegan las bodas del Cordero, su esposa se prepara, y los que son llamados al banquete de bodas son bienaventurados. En el libro de Apocalipsis, el Cordero indica a Jesús (Jn 1:29). El Cordero aquí indica a Jesús que viene por segunda vez. “Los que son llamados” representan a los santos que serán bendecidos con la vida eterna.

La novia, la esposa del Cordero, que no apareció en el tiempo de la primera venida de Jesús, finalmente aparece junto con el Cordero, el novio. Al igual que otros banquetes de bodas, no solo el novio y los invitados, sino también la novia existe sin ninguna duda en el banquete de bodas celestial. Por esa razón, Jesús comparó el hecho de que los santos recibieran la salvación y entraran en el reino de los cielos con entrar en el banquete de bodas, y no con otros banquetes. Él implicó la existencia de la novia desde hace dos mil años. Entonces, ¿quién es la novia, la esposa del Cordero?

“Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. […] y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,” Ap 21:9-10

El ángel dijo que le mostraría a la desposada, la esposa del Cordero, y le mostró a Jerusalén que descendía del cielo. El novio en el banquete de bodas celestial es descrito como el Cordero, pero no se refiere a un animal real. Asimismo, la esposa, que es descrita como la ciudad de Jerusalén celestial, no es una ciudad real.

La novia en la parábola del banquete de bodas es Dios Madre

La Jerusalén celestial en la Biblia representa a Dios Madre.

“Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.” Ga 4:26

La Jerusalén de arriba en el cielo es nuestra madre. Por tanto, la profecía sobre la aparición de la esposa en el libro de Apocalipsis muestra que Dios Madre, que está en el cielo, aparecerá en la tierra. Por esa razón, la esposa es descrita como Jerusalén que desciende del cielo.

El Cordero, quien tiene a la Madre Jerusalén celestial como su esposa, es el Padre celestial. Dios Padre (Jesús en su segunda venida) y Dios Madre (la Esposa) aparecen e invitan a los santos al banquete de bodas celestial. Con respecto a esto, en Apocalipsis 22 está profetizado que aparecerán el Espíritu y la Esposa.

“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.” Ap 22:17

El Espíritu Santo es Dios Padre según la Trinidad. El propósito de la aparición del Espíritu y la Esposa, Dios Padre y Dios Madre, es dar el agua de la vida, esto es, la vida eterna. Por tanto, para recibir la vida eterna en esta época, debemos recibir no solo a Dios Padre sino también a Dios Madre. Solo entonces podemos recibir el agua de la vida y entrar en el eterno reino de los cielos como invitados que son llamados al banquete de bodas (Ap 19:9).

¿Quién revela a la Madre, la Esposa?

Lamentablemente, la humanidad no sabía que Dios Madre aparecería; ni siquiera conocía su existencia. La Biblia profetizó que el mismo Dios Padre revelaría a Dios Madre para salvar a la humanidad.

“Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra.” Is 62:6-7

Está escrito que Jehová Dios establecerá a Jerusalén, y Jerusalén que recibirá alabanza en la tierra indica a la Madre celestial. Esto significa que Dios Padre da testimonio de Dios Madre. Dios también dio testimonio de Dios Madre a través de Adán y Eva en el libro de Génesis.

“Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.” Gn 2:23

“Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.” Gn 3:20

Adán dio testimonio de Eva, diciendo: “Esto es hueso de mis huesos y carne de mi carne” y la nombró “Eva” (que significa vida en hebreo). Adán y Eva, que fueron creados a imagen y semejanza de Dios, representan a Dios Padre y Dios Madre, que habían de venir (Ro 5:14). La creación de Adán y Eva justo antes del reposo del séptimo día muestra que Cristo en su segunda venida, representado por Adán, y Dios Madre, representada por Eva, aparecerán ante toda la humanidad cuando esté cerca el reposo eterno. Adán llamó a su mujer Eva (vida). Es una profecía de que Cristo en su segunda venida dará testimonio de Dios Madre, quien es la realidad de la vida.

El Espíritu Santo Ahnsahnghong, quien es Cristo en su segunda venida, dio testimonio de la Esposa, la Madre celestial, conforme a todas estas profecías. También enseñó que debemos creer en la Madre celestial y seguirla para recibir la vida eterna. En esta época, los que creen en Dios Padre y en Dios Madre y los siguen pueden recibir la bendición de la vida eterna y entrar en el cielo. Ellos serán los bienaventurados que asistan al banquete de bodas del Cordero.

“[…] Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. […]” Ap 19:9

Artículos relacionados
Atrás

Mapa del sitio

사이트맵 전체보기