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Dios dividió los seis mil años de su obra de redención en tres épocas. A través de la obra de Dios en la época del Padre, la del Hijo y la del Espíritu Santo, debemos reconocer correctamente a Cristo y recibirlo para que seamos salvos.
La Biblia es un libro que contiene las palabras de Dios el Creador. Dios permitió que muchas personas escribieran la Biblia durante un largo tiempo de mil seiscientos años, y Él mismo ha preservado intacto su significado original. Es porque la Biblia contiene el secreto de la vida eterna (Jn 5:39), que permite a las personas ser salvas del pecado y la muerte, y entrar en el reino de los cielos.
El mayor secreto de todos es Cristo, que ha de aparecer para salvar a la humanidad (Col 1:26-27, 2:2-3). A través de muchas profecías que trascienden la época, la Biblia da testimonio del Salvador que vendrá a esta tierra. Solamente a través de la Biblia podemos recibir a Cristo, Dios que viene en la carne.
Dios ha trabajado para la salvación de la humanidad con un nombre diferente en cada época. Por eso, los nombres del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo aparecen en la Biblia.
Jehová, Dios Padre, creó los cielos y la tierra por su palabra. Luego, creó a los hombres y les permitió vivir en el huerto del Edén. Como los seres humanos estaban destinados a morir como resultado de desobedecer las palabras de Dios, Él estableció un sistema de sacrificio por derramamiento de sangre y les mostró de lejos el camino a la vida eterna.
Después, Jehová Dios escogió a los israelitas y estableció el antiguo pacto con ellos. Dios concedió sus bendiciones solo a quienes obedecieron su pacto. Esto presagiaba que solo aquellos que guardaran fielmente el pacto de Dios serían salvos en el futuro. Jehová Dios profetizó que establecería un nuevo pacto y dijo que reconocería como su pueblo a quienes guardaran el nuevo pacto, y los salvaría (Jer 31:31-33).
Hace dos mil años, Jehová Dios vino en forma humana. Él es Jesús, Dios Hijo. Jesucristo vivió completamente conforme a las profecías del Antiguo Testamento. De acuerdo con la profecía del trono del rey David, Él predicó el evangelio del reino durante su ministerio de tres años después de bautizarse a los treinta años. Luego, se sacrificó en la cruz como el Cordero que quita el pecado del mundo.
La Pascua, que Jesús estableció a través de su preciosa sangre de sacrificio, es el núcleo del nuevo pacto, que permite el pleno perdón de pecados y la vida eterna a la humanidad. Así como los israelitas fueron liberados de la esclavitud de Egipto al guardar la Pascua en los tiempos del Antiguo Testamento, los santos del Nuevo Testamento son liberados del pecado y la muerte guardando la Pascua del nuevo pacto y llegan al camino de la salvación hacia el cielo.
Después de la ascensión de Jesús, la iglesia se secularizó y las verdades del nuevo pacto llegaron a cambiar una por una. La iglesia abandonó las verdades de vida, incluyendo el Día de Reposo y la Pascua, que Jesús enseñó y practicó como ejemplo para nosotros, y aceptó las falsas doctrinas como el culto dominical y la Navidad. Como el nuevo pacto desapareció, el camino a la salvación que Dios abrió ha desaparecido.
La Biblia profetiza que Jesús vendrá de nuevo para restaurar la verdad del nuevo pacto y salvar a la humanidad. Antes del juicio final, Él vendrá a esta tierra por segunda vez para restaurar todas las verdades de la Iglesia primitiva. Según esta profecía de la Biblia, Dios ha venido en cuerpo con el nombre nuevo de Jesús y ha restaurado el nuevo pacto. Él es Cristo Ahnsahnghong, Dios Espíritu Santo.