Comparación entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento
El antiguo pacto ha cambiado al nuevo pacto

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La Biblia se divide principalmente en Antiguo Testamento (antiguo pacto) y Nuevo Testamento (nuevo pacto). Esto significa que la Biblia está compuesta por los pactos dados por Dios. Si queremos recibir las bendiciones de Dios y la salvación, debemos prestar atención a las promesas de Dios en la Biblia, y conocer correctamente el Antiguo y el Nuevo Testamento.

Dios estableció el antiguo pacto con los israelitas a través de Moisés en los tiempos del Éxodo, hace unos tres mil quinientos años. El nuevo pacto fue establecido cuando Jesús mismo vino a la tierra hace unos dos mil años. El pacto de Dios significa la ley de Dios (ref. Ex 24:12, 34:28). Por eso, la Biblia llama al antiguo pacto establecido a través de Moisés, “ley de Moisés”, y al nuevo pacto establecido por Jesús, “ley de Cristo” (Esd 7:6, Hch 13:39, 1 Co 9:21).

Un cambio de ley del Antiguo Testamento al Nuevo Testamento

Hoy en día, muchos cristianos creen que todas las leyes de Dios fueron abolidas, al pasar de los tiempos del Antiguo Testamento a los del Nuevo Testamento. Ellos dicen que, como la ley de Moisés fue abolida, no hay ninguna ley que obedecer, y que solo necesitan creen en Cristo para la salvación en los tiempos del Nuevo Testamento. Este es un gran malentendido de las enseñanzas de la Biblia.

“Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.” 1 Co 9:20-21

En la Iglesia primitiva, la ley comúnmente se refería a la ley de Moisés. El apóstol Pablo testificó que él no estaba bajo la ley de Moisés, sino bajo la ley de Cristo. Esto significa que incluso en los tiempos del Nuevo Testamento hay leyes que los creyentes deben guardar.

“Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley” He 7:12

Al cambiar los tiempos del Antiguo Testamento a los tiempos del Nuevo Testamento, también cambió la ley. La ley nunca fue abolida ni desapareció, pero la ley cambiada todavía existe en los tiempos del Nuevo Testamento. Podemos confirmar este hecho a través de las enseñanzas de Jesús.

“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.” Mt 5:17

Jesús dijo que Él no abolió la ley de Moisés del Antiguo Testamento, sino que la cumplió. La nueva ley cumplida por Jesús, la ley del Nuevo Testamento que el apóstol Pablo obedeció, es la ley de Cristo, el nuevo pacto.

El nuevo pacto que contiene la gracia del perdón de los pecados

¿Cuál es la diferencia entre el antiguo pacto y el nuevo pacto que Jesús estableció? En general, aquellos que no obedecen la ley son castigados por la infracción. Lo mismo ocurre con la ley de Moisés, el antiguo pacto. Es la ley que condena a los pecadores. Sin embargo, el nuevo pacto es diferente. Dios dijo que Él nunca se acordaría de los pecados de aquellos que guardan el nuevo pacto y se convierten en el pueblo de Dios. El nuevo pacto es la ley que perdona a los pecadores, y contiene la gracia especial de Dios (Jer 31:31-34).

“Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. […] He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto […]: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo […]. Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.” He 8:7-12

Nadie puede ser justificado por el antiguo pacto, la ley de Moisés (Ro 3:20, Ga 2:16). Porque las personas no podían obedecer todas las leyes. Por eso, Dios mismo vino a la tierra en el nombre de Jesús y estableció el nuevo pacto, la ley perfecta que permite que cualquiera que la guarde pueda recibir el perdón de los pecados. El núcleo del nuevo pacto es la Pascua.

“Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! […] Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.” Lc 22:15, 19-20

Cuando Jesús celebró la Pascua con sus discípulos en el aposento alto de Marcos, tomando la copa de vino, dijo: “Este es el nuevo pacto en mi sangre”. Esto significa que el núcleo del nuevo pacto que Jesús estableció es la Pascua.

La Pascua se celebra con pan y vino, que representan la carne y la sangre de Jesús. Esta contiene el amor y el sacrificio de Cristo, quien soportó el dolor de la muerte en la cruz para el perdón de toda la humanidad. Por eso, los apóstoles dijeron que cada vez que celebraban la Pascua del nuevo pacto, proclamaban la muerte de Cristo (1 Co 11:23-26). El que guarda la Pascua debe grabar el amor de Cristo en su corazón, para que pueda llegar a ser parte del pueblo de Dios, quien pone el nuevo pacto en sus mentes, como está profetizado en la Biblia (Jer 31:33). Aquellos que no guardan la Pascua, el núcleo del nuevo pacto, nunca pueden llegar a ser el pueblo de Dios.

La ley de Cristo debe guardarse en los tiempos del Nuevo Testamento

En los tiempos del Antiguo Testamento, los que guardaban el antiguo pacto eran reconocidos como pueblo de Dios, mientras que en los tiempos del Nuevo Testamento, los que guardaban el nuevo pacto eran el pueblo de Dios (Jer 11:4-5, 31:31-33). Por lo tanto, no se trata de que en los tiempos del Nuevo Testamento no se deba seguir ninguna ley, sino que debemos conocer correctamente y esforzarnos por guardar el nuevo pacto establecido por Jesús, es decir, la ley de Cristo.

Jesús mismo nos enseñó cómo guardar la ley de Cristo. Por ejemplo, la Pascua se celebraba con la carne y la sangre del cordero en los tiempos del Antiguo Testamento, pero en los tiempos del Nuevo Testamento, Jesús enseñó a su pueblo a guardarla con pan y vino (Ex 12:5-11, Mt 26:17-28). El Día de Reposo se guardaba ofreciendo un cordero sacrificado como holocausto en los tiempos del Antiguo Testamento, pero en los tiempos del Nuevo Testamento, Jesús dio el ejemplo de adorar a Dios en espíritu y en verdad en el Día de Reposo (Nm 28:9-10, Lc 4:16, Jn 4:23-24). La siguiente es una comparación entre el antiguo pacto y el nuevo pacto, que es la ley de Cristo, la cual Jesús guardó y nos dio como ejemplo.

Antiguo pacto Nuevo pacto
El antiguo pacto, la antigua ley, fue dado en el monte Sinaí
(Neh 9:13-14, Ex 20:1-20).
El nuevo pacto, la nueva ley, fue dado en el monte de Sion
(cfr. Is 2:2-3, Mi 4:1-2, Jer 31:31, Lc 22:7-20, He 8:7-8).
El sacerdocio del antiguo pacto es el orden de Aarón
(He 7:11-13).
El sacerdocio del nuevo pacto es el orden de Melquisedec
(Sal 110:4, He 7:14-21).
La ley de Moisés fue declarada en la tierra
(He 12:18-25).
La ley de Cristo fue declarada desde el cielo
(1 Co 9:21, He 12:25).
La Pascua del antiguo pacto se celebraba sacrificando un cordero
(Ex 12:5-11).
La Pascua del nuevo pacto se celebra con pan y vino
(Gn 14:18-20, Lc 22:7-20).
La Fiesta de los Panes sin Levadura del antiguo pacto se cumplía comiendo panes sin levadura durante siete días
(Ex 12:15).
La Fiesta de los Panes sin Levadura del nuevo pacto se cumple ayunando
(Mt 9:14-15, Mr 2:18-20).
En el Antiguo Testamento, la Fiesta de las Primicias, que es la Fiesta de las Semanas, se cumplía ofreciendo una gavilla por primicia de los primeros frutos como una ofrenda mecida
(Lv 23:10-11).
En el Nuevo Testamento se celebra el Día de Resurrección
(Lc 24:13-43, 1 Co 15:20).
El último día de la Fiesta de las Semanas
(Lv 23:15-16).
El Día de Pentecostés, el día del descenso del Espíritu Santo
(Hch 2:1-4, 20:16, 1 Co 16:8).
Semana de oración en la Fiesta de las Trompetas, oración de arrepentimiento para el Día de Expiación, santa convocación por siete días en la Fiesta de los Tabernáculos
(Lv 23:24-36).
Semana de oración en la Fiesta de las Trompetas, oración de arrepentimiento para el Día de Expiación, asamblea de predicación por siete días en la Fiesta de los Tabernáculos
(Jn 7:2, 14, 37-39).

Dios proclamó el antiguo pacto en el monte Sinaí con voz majestuosa en gloria, mientras que el nuevo pacto se estableció silenciosamente en el aposento alto de Marcos. Por eso, hasta ahora, muchos cristianos han puesto mucha atención al antiguo pacto, y no al nuevo pacto, el cual fue declarado desde el cielo (He 12:25). El que quiere entrar en el reino de los cielos como el pueblo de Dios, que tiene la ley de Dios en su mente, debe guardar el nuevo pacto, la ley de Cristo, que Jesús estableció y puso como ejemplo.

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