Lo importante no es si el nombre Ahnsahnghong está escrito en la Biblia, sino más bien si Él cumplió las profecías de la Biblia.
Jesús es testificado por las profecías del Antiguo Testamento
Si Cristo pudiera ser acreditado solo si su nombre se hallara en la Biblia, tampoco podríamos creer en Jesús en su primera venida como el Cristo. Hace dos mil años, cuando Jesús predicaba el evangelio, solo existía el Antiguo Testamento. En el Antiguo Testamento, podemos encontrar escritos que dicen que podemos ser salvos únicamente en el nombre de Jehová (Is 43:11, Jl 2:32). El nombre de Jesús nunca fue mencionado como el nombre del Salvador en el Antiguo Testamento.
Entonces, ¿cómo reconocieron los santos de esa época a Jesús como el Cristo? Ellos lo hicieron a través de las profecías del Antiguo Testamento. Jesús dijo: “Las Escrituras dan testimonio de mí”, y Él mismo testificó que Él era el Cristo a través de las profecías del Antiguo Testamento (Jn 5:39, Lc 24:27, 32). Los apóstoles también dieron testimonio de Jesús con el Antiguo Testamento (Hch 17:2, 28:23). La razón es que las profecías del Antiguo Testamento acerca de Cristo las cumplió Jesús sin excepción.
Cristo Ahnsahnghong es testificado por todas las profecías de la Biblia
Lo que prueba que Jesús es el Cristo no es su nombre sino las profecías de la Biblia. Lo mismo ocurre con Cristo Ahnsahnghong. Su nombre no está escrito en la Biblia. Sin embargo, Cristo Ahnsahnghong cumplió todas las profecías de la Biblia sobre el Cristo, quien vendría por segunda vez para salvar a la humanidad. Nunca debemos rechazar a Cristo solo porque su nombre no se encuentre en la Biblia, sino recibirlo a través de las profecías de la Biblia.
La Biblia profetizó que el nombre del Espíritu Santo, el nombre nuevo de Jesús, sería dado al pueblo de Dios (Ap 3:12). Por lo tanto, no debemos aferrarnos solamente al nombre de Jesús, sino conocer cuál es su nombre nuevo. Así, podemos comprender que Cristo Ahnsahnghong es el Salvador que vino con el nombre nuevo de Jesús en la época del Espíritu Santo, según las profecías de la Biblia.