Las personas sueñan con vivir mucho, pero están destinadas a morir. ¿Por qué el hombre, el señor de toda la creación, se ha convertido en un pobre ser que no puede escapar del dolor de la muerte? La Biblia dice que la historia de la muerte del hombre comenzó en el huerto del Edén. Sin embargo, en el huerto del Edén, no solo se encuentra la historia de la muerte. Donde está el problema, allí también está la solución. En el Edén, también está el secreto de la vida eterna. Es el árbol de la vida, al cual no se ha prestado atención, siendo opacado por el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Sin importar la época, el país ni el rango, las personas han anhelado la vida eterna, pero esta solo puede concederla Dios (1 Ti 6:15-16). Cristo Ahnsahnghong vino a la tierra para salvar a la humanidad de la cadena de la muerte, revelando el secreto del árbol de la vida oculto en el Edén.
El árbol de la vida, el secreto escondido desde la creación del mundo
“Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.” Mt 13:34-35
Jesús habló en parábolas y reveló cosas escondidas desde la fundación del mundo. Entre los sesenta y seis libros de la Biblia, el libro de Génesis registra la historia de la creación del mundo. Entre muchos secretos en el libro de Génesis, aprendamos sobre el árbol de la vida.
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” Gn 2:16-17
Dios hizo vivir a Adán y Eva en el huerto del Edén y les mandó que no comieran del árbol de la ciencia del bien y del mal. Sin embargo, Adán y Eva fueron tentados por la serpiente y cometieron el pecado de comer del fruto prohibido. Como resultado, la muerte vino sobre la humanidad. Dios también puso el camino para que la humanidad, que llegó a morir por sus pecados, viva para siempre en el huerto del Edén.
“Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. […] Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto del Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.” Gn 3:22-24
Incluso Adán y Eva, que llegaron a morir por haber comido del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, podían vivir para siempre si comían del árbol de la vida. Sin embargo, Dios no permitió que los pecadores comieran del árbol de la vida, poniendo querubines y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida. Sin el permiso de Dios, nadie puede comer del árbol de la vida.
La realidad del árbol de la vida es la Pascua
La historia del Edén es un modelo que muestra cómo los seres humanos, que originalmente eran ángeles, cometieron pecados y fueron expulsados del cielo, antes de nacer en la tierra (He 8:5, Ez 28:11-16, Ap 12:9). Incluso los pecadores, que comieron del árbol de la ciencia del bien y del mal y llegaron a morir, pueden vivir de nuevo al comer del árbol de la vida en el huerto del Edén. Esto significa que incluso el alma que pecó en el cielo y llegó a morir puede vivir para siempre comiendo del árbol de la vida. Entonces, ¿cuál es la manera de comer del árbol de la vida? Veamos la enseñanza de Jesús, quien reveló el misterio del árbol de la vida, que ha estado oculto desde la creación del mundo.
“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; […]” Jn 6:53-54
Jesús dijo que si no comemos su carne y su sangre, no tenemos vida; quienquiera que coma su carne y beba su sangre tiene vida eterna. En otras palabras, la carne y la sangre de Jesús son la realidad del árbol de la vida que nos da vida eterna. Jesús también nos enseñó cómo podemos comer su carne y beber su sangre.
“El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? […] Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua.” Mt 26:17-19
“Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.” Mt 26:26-28
Jesús mandó a sus discípulos a preparar la Pascua y la guardó con ellos. Jesús dijo que el pan de la Pascua es su cuerpo y el vino de la Pascua es su sangre. La Pascua es la ceremonia de comer la carne y beber la sangre de Jesús, es decir, el árbol de la vida. En otras palabras, la Pascua es la manera para que la humanidad escape del dolor de la muerte y reciba la vida eterna. Por eso, para tener vida eterna, debemos guardar la Pascua del nuevo pacto.
Cristo viene con el árbol de la vida
Fue Dios quien bloqueó el camino al árbol de la vida con los querubines y la espada encendida en Edén. Por lo tanto, solo Dios puede permitirnos comer nuevamente del árbol de la vida.
“[…] yo he venido para que [las ovejas] tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Jn 10:10
Jesús, quien es Dios en esencia, dijo que había venido para dar vida a las ovejas. Podría haber enviado a un profeta o a los ángeles celestiales. ¿Por qué no los envió, sino que Dios mismo vino a la tierra? Es porque solo Dios puede abrir el camino al árbol de la vida.
La Pascua del nuevo pacto es la verdad del árbol de la vida que Dios mismo trajo. Sin embargo, el que habla palabras contra Dios abolió la verdad de la Pascua en el Concilio de Nicea en el año 325 d. C. Sin la Pascua, que es la verdad del árbol de la vida, nadie puede tener esperanza en la salvación. Por eso, está profetizado que Cristo vendrá por segunda vez a la tierra para salvar a su pueblo en los últimos días. Solo Dios puede abrir el camino bloqueado al árbol de la vida. Por lo tanto, Dios mismo aparece por segunda vez, así como lo hizo en su primera venida.
“así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” He 9:28
El propósito de Dios al venir por segunda vez es traer salvación. El árbol de la vida del Edén es necesario para salvar a los seres humanos, que están destinados a morir, y la manera de comer del árbol de la vida es a través de la Pascua. Por esa razón, cuando Jesús venga por segunda vez, debe traernos la Pascua. En otras palabras, aquel que nos salva restaurando la Pascua del nuevo pacto es Cristo en su segunda venida.
Hoy en día, el único que ha venido con esta preciosa verdad de la Pascua es Cristo Ahnsahnghong. Durante unos mil seiscientos años, después de la abolición de la Pascua, ha habido muchos eruditos bíblicos y líderes religiosos, pero ninguno de ellos pudo restaurar la Pascua. Es porque ellos no son Dios. Sin embargo, Cristo Ahnsahnghong restauró la Pascua del nuevo pacto y nos permitió guardarla. Ya que Cristo Ahnsahnghong reveló otra vez la realidad del árbol de la vida, el secreto escondido desde la creación del mundo, y dio la vida eterna a la humanidad, Él es Dios y Cristo, que vino por segunda vez en esta época, según todas las profecías de la Biblia.