Cómo guardar el gran mandamiento
: El cumplimiento de la ley es el amor

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Hace dos mil años, un intérprete de la ley le preguntó a Jesús cuál era el gran mandamiento. Acerca de esto, Jesús respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Esto significa que el cumplimiento de toda la ley es el amor.

En esta época, Ahnsahnghong, Cristo que vino por segunda vez, nos enseñó el verdadero significado del “gran mandamiento” que Jesús pronunció y la manera de ponerlo en práctica. Enseñó que podemos cumplir el amor perfecto guardando las fiestas del nuevo pacto, incluida la Pascua, y que debemos seguir el amor y el sacrificio de Cristo haciendo buenas obras.

El amor, el gran mandamiento, es el cumplimiento de la ley

Para salvar a su pueblo, Dios dio la ley de Moisés y la ley de Cristo en los tiempos del Antiguo y del Nuevo Testamento, respectivamente. Jesús dijo que el cumplimiento de toda la ley es el gran mandamiento, es decir, el amor.

“Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” Mt 22:35-40

Él dijo que el primer y grande mandamiento es amar a Dios con todo nuestro corazón, y que el segundo es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Luego dijo: “De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. Esto significa que estos dos mandamientos pueden representar todas las leyes del Antiguo Testamento, incluidos los diez mandamientos.

Los diez mandamientos, que representan las leyes del Antiguo Testamento, se agrupan en dos: Los primeros cuatro mandamientos son los mandamientos que debemos guardar en nuestra relación con Dios. Del quinto al décimo mandamiento son los mandamientos que debemos guardar en nuestras relaciones con otras personas.

El primer grupo puede cumplirse con el mandamiento: “Amarás a Dios con todo tu corazón”, porque los que aman a Dios no pueden adorar a otros dioses o ídolos, ni toman el nombre de Dios en vano. El segundo grupo se puede cumplir a través del mandamiento: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, porque si amamos a los demás, no podemos hacerles daño. Por eso, Jesús dijo que todas las leyes representadas por los diez mandamientos se cumplen a través del amor. El apóstol Pablo comprendió eso y testificó: “El cumplimiento de la ley es el amor”.

“[…] el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.” Ro 13:8-10

La manera de guardar el gran mandamiento es las fiestas del nuevo pacto

En los tiempos del Antiguo Testamento, el mandamiento: “Amarás a Dios con todo tu corazón”, no podía cumplirse plenamente. Los diez mandamientos son iguales que las fiestas del Antiguo Testamento (ref. Ex 34:18-28). El pueblo de Dios en aquellos días guardaba las fiestas sacrificando animales. Fue difícil para ellos comprender plenamente el amor de Dios y amarlo con todo su corazón a través del sacrificio de animales.

No obstante, en los tiempos del Nuevo Testamento, Dios mismo se hizo carne para la salvación de la humanidad y se sacrificó como rescate. Y estableció las fiestas del nuevo pacto, incluyendo la Pascua, derramando su preciosa sangre en la cruz. Cada vez que el pueblo de Dios guardaba las fiestas del nuevo pacto, conmemoraba el amor y el sacrificio de Dios, y recordaba su amor por todas las almas que Dios salvó con su gran amor (1 Co 10:16-17).

Así, cuando entendemos el amor y el sacrificio de Dios mediante las fiestas del nuevo pacto, podemos guardar el gran mandamiento: “Amarás a Dios con todo tu corazón y amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

La Pascua del nuevo pacto incluye el mandamiento nuevo: “Amaos unos a otros”

Ahnsahnghong, Cristo en su segunda venida, enseñó que el nuevo pacto establecido con el pan y el vino de la Pascua es esencialmente el mismo que el mandamiento nuevo: “Amaos unos a otros”. El amor, el gran mandamiento que cumple toda la ley, está en consonancia con la Pascua del nuevo pacto.

“De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.” Lc 22:20

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.” Jn 13:34

En Lucas 22 y en Juan 13 está escrito lo que sucedió en la Santa Comunión de la Pascua. El “nuevo pacto” en el Evangelio de Lucas y el “mandamiento nuevo” en el Evangelio de Juan fueron dados por Jesús en el mismo lugar al mismo tiempo. Sin embargo, en el Evangelio de Lucas no está escrito “mandamiento nuevo”, ni “nuevo pacto” en el Evangelio de Juan. Es porque el pacto y el mandamiento son lo mismo en la Biblia. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento, Dios se refirió a los diez mandamientos como el pacto (Ex 34:28, Dt 4:13). Por lo tanto, la Pascua del nuevo pacto incluye el mandamiento nuevo: “Amaos unos a otros”.

El principio del amor contenido en la Pascua del nuevo pacto

Cuando conocemos el principio del amor contenido en la Pascua del nuevo pacto, podemos comprender que el nuevo pacto y el mandamiento nuevo son lo mismo aunque las palabras sean diferentes. A través de la Pascua del nuevo pacto, Jesús permitió que los santos se convirtieran en un cuerpo con Él al permitirles comer su carne y beber su sangre (Mt 26:17-28, Lc 22:7-20, Jn 6:53-56).

“La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.” 1 Co 10:16-17

El pueblo de Dios se convierte en un solo cuerpo al participar en la carne y la sangre de Jesús a través de la Pascua del nuevo pacto. ¿Cómo podemos odiar nuestro propio cuerpo cuando somos un solo cuerpo en Cristo? Dios les permitió llegar a ser uno y amarse unos a otros a través de la Pascua del nuevo pacto.

La Santa Comunión de la Pascua es una ceremonia para comer la carne y beber la sangre de Cristo. Al hacerlo, podemos comprender el amor y el sacrificio de Cristo, cuya carne fue arrancada y cuya sangre fue derramada en la cruz por nuestra salvación. No sabíamos amar a los demás como a nuestro propio cuerpo porque somos malvados por naturaleza. No obstante, podemos comprender plenamente el amor y el sacrificio de Cristo a través de la Pascua del nuevo pacto y amar a los demás. También ponemos en práctica el mandamiento nuevo gracias al principio del amor contenido en el nuevo pacto.

Buenas obras de los santos para practicar el gran mandamiento, el amor

Cristo Ahnsahnghong enseñó que las personas que han recibido la salvación a través del nuevo pacto deben practicar el mandamiento nuevo: “Amaos unos a otros”, y les pidió que cumplieran el gran mandamiento, el amor. Cristo tuvo compasión de nosotros, que no conocíamos a Dios y fuimos por el camino de muerte por nuestros pecados, y nos salvó con amor. Quería que practicáramos el amor, siguiendo su ejemplo, y que salváramos las almas de la muerte.

La práctica del amor, que es el gran mandamiento, incluye no solo predicar directamente las palabras de vida, sino también mostrar la gloria de Dios a través de las buenas obras y volver el corazón de las personas hacia Dios. Las personas que fueron liberadas del pecado por la gracia de Dios deben mostrar su arrepentimiento a través de buenas obras y llevar una vida que agrade a Dios. Jesús nos dijo que glorificáramos a Dios a través de nuestras buenas obras, y el apóstol Pedro nos instó a tener una buena manera de vivir.

“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mt 5:16

“manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.” 1 P 2:12

Aunque la verdad sea correcta, si las obras de los santos son malas, la luz del evangelio se oscurecerá. Por el contrario, si la verdad es correcta y las personas que predican la verdad hacen buenas obras, la luz del evangelio brillará aún más. Dios se complace cuando las buenas obras de los santos hacen que los incrédulos se arrepientan y los guían a Él.

Por lo tanto, el pueblo de Dios de esta época debe guardar las fiestas del nuevo pacto y comprender plenamente el amor y el sacrificio de Dios a través de esas fiestas. También debemos esforzarnos por practicar el amor, que es el cumplimiento de la ley. En otras palabras, primero debemos amar a Dios con todo nuestro corazón; y segundo, debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

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