El secreto escondido en los siete truenos

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En el libro de Apocalipsis, Dios permitió que los siete truenos hablaran, pero le dijo al apóstol Juan que lo sellara, que no lo escribiera.

“Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.” Ap 10:4

Entonces, ¿los siete truenos permanecerán sellados para siempre, o se abrirán de nuevo? Muchos teólogos y pastores insisten constantemente: “Debido a que este secreto está sellado, no podemos conocerlo, ni necesitamos saberlo”. Si los siete truenos fueran algo que los santos no podían saber o no necesitaban saber, no se habrían escrito en la Biblia. Sin embargo, Dios deliberadamente les hizo hablar y los selló. Esto implica que debe haber algo especial que Dios quiera dar a conocer a su pueblo a través de los siete truenos.

Hay un tiempo cuando los siete truenos sellados serán abiertos

La palabra “sella” implica que llegará un tiempo en el que serán abiertos. Antiguamente, cuando se enviaba una carta, se sellaba para que nadie más pudiera ver su interior. La carta sellada se abre cuando llega al destinatario, a quien se le permite leer el contenido. En otras palabras, una carta se sella solo hasta que llega a la persona a la que está destinada. El hecho de que se selle una vez no significa que se quede así para siempre. Lo mismo ocurre con los siete truenos.

“sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.” Ap 10:7

Aquí, el “misterio de Dios” se refiere a los siete truenos sellados en el versículo 4 del mismo capítulo. Está escrito que el misterio se consumará. Dios no hace nada sin revelar su secreto a su pueblo (Am 3:7). Para que el misterio de Dios se cumpla, primero debe abrirse. El secreto de los siete truenos sellados tampoco permanece sellado para siempre, sino que se abre y se cumple.

¿Qué son los siete truenos?

Los diez mandamientos, los truenos perfectos

La Biblia dice que la voz de Dios es un trueno. Es porque aquellos que no entendieron la voz de Dios correctamente solo escucharon el sonido del trueno.

“Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez. Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado. Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros.” Jn 12:28-30

Cuando Dios dijo: “Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez”, el apóstol Juan lo escuchó correctamente y lo escribió, mientras que otros solo escucharon el sonido del trueno. A Juan se le dio oídos especiales para escuchar la voz de Dios directamente. Entonces pudo escuchar lo que dijeron los siete truenos y estuvo a punto de escribir, pero como se le dijo que lo sellara, solo escribió que los siete truenos hablaron.

El número siete significa perfección. Es porque Dios creó todas las cosas y reposó el séptimo día, lo bendijo y lo santificó. Si reemplazamos “siete” con “perfección”, podemos decir: “Los siete truenos son los truenos perfectos”. Entonces, ¿qué son los truenos perfectos? Los truenos perfectos no fueron emitidos ante una o dos personas, sino en presencia de todo el pueblo de Dios.

A lo largo de la historia de la Biblia, solo hubo un momento en que la voz de Dios resonó frente a todo su pueblo. Fue en los días de Moisés cuando Dios declaró los diez mandamientos en el monte Sinaí, en medio del fuego. Dios descendió al monte y proclamó los diez mandamientos con el sonido de un trueno.

“Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego […]” Ex 19:17-18

“Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. […] No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba […]” Ex 20:1-3, 17-18

Dios mismo pronunció los diez mandamientos ante todos los israelitas. El pueblo tenía mucho temor, diciendo: “No hable Dios con nosotros, para que no muramos” (Ex 20:19). Moisés pudo entender la voz de Dios como un trueno y la escribió en la Biblia, pero el pueblo no pudo; ellos solo escucharon el sonido del trueno. Los truenos pronunciados en el monte Sinaí se refieren a los diez mandamientos.

Los diez mandamientos y las fiestas de Dios

Los diez mandamientos son bien conocidos por la gente, y todos los cristianos piensan que deben guardarlos. Entonces, ¿por qué dice la Biblia que los diez mandamientos, los siete truenos, fueron sellados? En la Biblia, había una ley que tenía el mismo significado que los diez mandamientos; pero estaba sellada. Son las siete fiestas de tres tiempos.

“Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel. […] y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos.” Ex 34:27-28

Antes de que Dios escribiera las palabras del pacto, los diez mandamientos, en las tablas de piedra, dijo: “Conforme a estas palabras he hecho pacto”. Podemos entender que “estas palabras” y el “pacto”, es decir, los diez mandamientos son lo mismo. En el contexto del mismo capítulo, “estas palabras”, que tienen el mismo significado que los diez mandamientos, son “celebra las fiestas de Dios”.

“La fiesta de los panes sin levadura guardarás. […] También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año. […] Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel.” Ex 34:18-27

Dios nos dijo que guardáramos las fiestas organizadas en tres tiempos: la Fiesta de los Panes sin Levadura, la Fiesta de las Semanas y la Fiesta de la Cosecha (la Fiesta de los Tabernáculos), y dijo que haría un pacto llamado diez mandamientos de acuerdo con estas palabras. Por lo tanto, celebrar las fiestas de Dios y obedecer los diez mandamientos son fundamentalmente lo mismo.

Esto también se confirma por el hecho de que al guardar las fiestas, podemos guardar completamente los diez mandamientos. Por ejemplo, el primer mandamiento: “No tendrás dioses ajenos”, y el segundo mandamiento: “No te harás imagen”, se cumplen al guardar la Pascua. Es porque todos los otros dioses son castigados cuando guardamos la Pascua; podemos adorar solo a Dios eliminando todos los ídolos (Ex 12:11-12).

Sin embargo, los que no conocen las enseñanzas de la Biblia dicen que no necesitan guardar las fiestas de Dios mientras respeten los diez mandamientos. Ahora está claro que los siete truenos sellados en Apocalipsis 10 se refieren a las fiestas de Dios.

El misterio de los siete truenos sellados son las fiestas del nuevo pacto

Los siete truenos sellados en el libro de Apocalipsis se refieren a las fiestas del nuevo pacto establecidas por Jesús. Jesús cumplió las fiestas del Antiguo Testamento proclamadas en los tiempos de Moisés, a través de las fiestas del nuevo pacto que el pueblo de Dios debía observar en los tiempos del Nuevo Testamento (Mt 5:17, He 7:12). Jesús prometió a su pueblo las bendiciones del perdón de pecados y la vida eterna a través de la Pascua del nuevo pacto (Mt 26:17-28). Derramó el Espíritu Santo a través del Día de Pentecostés (Hch 2:1-4) y les prometió el agua de la vida a través de la Fiesta de los Tabernáculos (Jn 7:2, 37-38). Por medio de las fiestas, Dios concedió todas las bendiciones necesarias para la salvación de la humanidad.

Sin embargo, las fiestas del nuevo pacto desaparecieron con el tiempo. Después de que Jesús y los apóstoles dejaran el mundo, la iglesia se secularizó y las doctrinas de las religiones paganas se introdujeron en ella. Finalmente, la iglesia se llenó de falsas doctrinas, no de las enseñanzas de Jesús. Esto se cumplió de acuerdo con la profecía de que Satanás cambiaría los tiempos y la ley (fiestas) de Dios.

“Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley […]” Dn 7:25

Ya que desaparecieron las fiestas del nuevo pacto, nadie las ha guardado ni recordado hasta ahora. Debido a que han estado selladas por mucho tiempo, la Biblia profetizó que los siete truenos serían sellados (Ap 10:4).

¿Quién abre el misterio de los siete truenos sellados?

Entonces, ¿quién puede abrir los siete truenos sellados?

“Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo. Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.” Ap 5:1-4

El apóstol Juan lloró mucho al ver que nadie abría el libro. Podemos suponer que el misterio sellado es un asunto importante directamente relacionado con la salvación de la humanidad. En el siguiente versículo, aparece aquel que abrirá el secreto.

“Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado.” Ap 5:5-6

Está escrito que ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro sellado por Dios, excepto la raíz de David. La raíz de David indica a Jesús (Ap 22:16). Además, las palabras “un Cordero como inmolado” muestran que él es Jesús que aparece después de sufrir en la cruz: Jesús en su segunda venida. Por lo tanto, el misterio de los siete truenos puede ser abierto solamente por Cristo en su segunda venida.

La Biblia registra claramente las fiestas del nuevo pacto, que Jesús estableció para la salvación de la humanidad hace dos mil años. Sin embargo, durante unos mil seiscientos años desde que se abolieron las fiestas del nuevo pacto, ninguno de los numerosos reformadores, teólogos y pastores pudo revelar las fiestas del nuevo pacto y las asombrosas bendiciones escondidas en ellas. ¿Por qué nadie pudo revelar el secreto de los siete truenos? Es porque no eran la raíz de David.

Solo Cristo Ahnsahnghong enseñó y guardó las siete fiestas de tres tiempos, incluyendo la Pascua del nuevo pacto, como Jesús enseñó y los apóstoles guardaron. Por lo tanto, el Señor Ahnsahnghong, que ha abierto el misterio de los siete truenos y ha revelado completamente el profundo significado que contienen, es Cristo que vino por segunda vez como la raíz de David.

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